sábado, 14 de noviembre de 2015

La extraviada


povera donna, sola,
abbandonata in questo popoloso
deserto che appellano Parigi

(Pobre mujer, sola, abandonada, en este populoso desierto llamado París...)

Son las palabras de Violetta, la Traviata de la ópera de Verdi cuando se encuentra tras una multitudinaria fiesta cara a cara con sus emociones al desnudo.
Esta famosa ópera está basada en la novela "La dama de las camelias" de Alexandre Dumas hijo, una de las obras por excelencia del romanticismo francés.
Violetta es una mujer rechazada por la sociedad hipócrita de la época, una mujer que vive de sus amantes ricos, de su belleza, que sólo ha conocido la miseria y que ha luchado por hacerse un lugar en la vida. Ha llegado a la plenitud de su belleza y de su fama como "cocotte". Todos a su alrededor la adulan y la reverencian, la colman de regalos, solicitan sus favores sexuales, es centro de todas las miradas. Pero ella nos cuenta que se siente sola en esta vorágine de placer sensual a la que se ha abandonado. Cuando escudriña los rincones de su alma se siente sola y todo el oropel de la fama y la belleza no llegan a calentarle el corazón. La única opción es abandonarse al lujo y al placer para adormecer los sentidos y no escuchar esa voz que le recuerda que los brazos que la acarician no le han dado calor en los días aciagos de la enfermedad y el dolor.
Porque Violetta es consciente de que todo es una ensoñación que está a punto de terminar. Está enferma de tuberculosis, la enfermedad mortal omnipresente en la novela del S.XIX, y sabe que va a morir, peor aún, que va a morir sola. Hace pocas semanas ha estado postrada en cama y ninguno de los amantes que ahora la solicitan sin darle respiro ha ido a preguntar por ella ni a consolarla en su padecimiento.
Pero acaban de decirle que un joven un tanto ingenuo, Alfredo, dice amarla con un amor invencible, incluso en los días de su enfermedad. Y no sabe qué hacer ¿seguir adelante con su vida de placeres vanos hasta caer rendida o darle una oportunidad a ese amor?


Amore, che è palpito
dell'universo intero,
misterioso, altero,
croce e delizia al cor

( amor, que es el hálito del Universo, misterioso, extraño, cruz y delicia del corazón)

Pobre Violetta, difícil decisión para alguien como ella. Una mujer sola a la que sólo aprecian por unas virtudes efímeras que está condenada a perder. La belleza la abandonará junto con la salud, y con la belleza la abandonarán sus amantes y el lujo. ¿Por qué no darle una oportunidad al amor?
Alfredo, bienintencionado pero débil hijo de su tiempo, acabará cediendo a las presiones del entorno y abandonándola por ser una prostituta. El amor no es tan fuerte ni puede con todas las barreras.
Violetta acabará muriendo sola y en la miseria más absoluta. La ópera hace una concesión al romanticismo a la vez que nos regala unos instantes musicales impagables y permite que justo antes de la muerte de Violetta los amantes se reencuentren. En la novela, Margarita Gautier/Violetta tiene un final terrible, en el que hasta su fiel servidora la abandona robándole sus últimos objetos de valor.

Una gran historia de soledad que ha sido contada siempre desde el lado del hombre, del deslumbrado Alfredo. La verdadera tragedia es la de Violetta. Alfredo es un joven de clase burguesa acomodada que se enamora de la belleza y la fragilidad de Violetta, pero que no es lo suficientemente fuerte como para permanecer a su lado en los grandes momentos de dificultad que un amor prohibido le impondrá. Su padre insta a la atormentada mujer mediante amenazas a dejar a Alfredo por la inconveniencia social de tal relación. Ella es consciente de que el verdadero ensueño ha sido creer que alguien como ella podía vivir un amor sincero en paz y se retira sabiendo que el joven inexperto y sanguíneo la odiará. Y la odiará y humillará en público, la acusará de haberlo abandonado por otro hombre, le echará en cara su pasado.
La tragedia y la soledad de una mujer contada por hombres.





2 comentarios:

  1. Tristisimo !
    La historia de la traviatta es soledad , desde luego, no cabe duda, pero es también exclusión y acoso. No se trata de la soledad del nàufrago o del ermitaño( esta ultima es elejida) es una doledad impuesta que viene y es orquestrada por los otros, . Un grupo que excluye y aparta deliberadamente a una mujer para castigarla y para" protegerse " como grupo .Hoy llamamos a eso acoso. Es una violencia y en algunos casos se califica de delito.De ahi los versos de " populoso desierto" , ezsa paradoja de vacio y lleno, poblado y soledad... me recuerdan una vieja canción de Hilario Camacho que decia " en medio de tanta gente qué solo estas qué solo estas "

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    1. Tienes mucha razón, y qué mayor sensación de aislamiento que la que generan la exclusión y el acoso. Un callejón sin salida.

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